Corría el año 1988 cuando, en la sugestiva campiña de Módena, una intuición, pocos ingredientes y tanta pasión marcan el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Mirco Scacchetti: el capítulo del salchichón de chocolate.
La idea, nacida para subsanar la falta de un dulce especial para proponer a los clientes de su restaurante, poco a poco se transforma en algo más importante.
Los clientes que continuamente lo pedían y los proveedores del restaurante, que insistían para que Mirco Scacchetti les facilitara cantidades cada vez mayores del delicioso salchichón de chocolate, han permitido que una tímida intuición se transforme en una gran idea.
Y así, “de una pequeña producción de pocas unidades de salchichón dulce para nuestro restaurante, hemos llegado al suministro de paletas completas para los mayoristas que, a su vez, distribuyen nuestro producto a bares, restaurantes, empresas de catering y banquetes, y tiendas de productos alimentarios de toda Italia.
Nacimos casi por juego y crecimos dando una segunda vida a un producto que ya existía para los clientes de nuestro local.”- M. Scacchetti.